27 de septiembre de 2010

Un día sin los niños

Vivo pidiendo y rogando por tener un tiempo solo para mí, sin escuchar gritos ni llantos, sin preocuparme por preparar mamaderas, ni cambiar pañales, poder dormir hasta aburrirme o simplemente pasar todo un día en pijama sin hacer absolutamente nada. Ahora que por fin logro tener mi día, me doy cuenta que un día no es suficiente y para peor extraño a mis hijos.

Resulta que, como ayer era mi cumpleaños, en la noche teníamos planeado salir a celebrar con mis amigos, así que con mi marido decidimos, y por supuesto con el apoyo de mis padres, que por primera vez mis hijos se quedaran a dormir solos, en casa de mis papas. Los dejamos ayer alrededor del mediodía, y los iremos a buscar hoy en la tarde.

En la tarde, al volver a nuestro departamento, después de algunos trámites que tuvimos que hacer, era raro sentir tanto silencio, todo tranquilo y la casa ordenada sin juguetes tirados por ahí, uf, fue el primer momento en que extrañe a los niños. Mas raro fue volver en la noche luego de la celebración, y poder prender todas las luces y no hablar con susurros, meter bulla en la cocina, prender la tele, sin el temor de despertar a mis cachorritos. Me dio hasta nostalgia ir a sus dormitorios, como siempre lo hago y ver sus camitas vacías.

Me acosté en la noche feliz, me dije: al fin podré dormir hasta tarde, sin interrupciones. Como esperaba este momento!. Pero, mi maldito reloj biológico, acostumbrado a despertar temprano, me aguó la fiesta, eran las 9 AM y yo no podía seguir durmiendo, ni una gota de sueño, intente volver a dormir, pero era imposible. Así que, llamé a mis papas para saber como estaban mis hijos, me dicen que pasaron buena noche y están genial.

Bueno, y aquí estoy en pijamas sentada en el sillón, con el notebook en las piernas, terminando de escribir esta columna., pensando en lo mucho que extraño a mis hijos, pero lo bueno que es pasar un tiempo solo con mi marido.

Veo la hora y me doy cuenta que la mañana ya se acaba, que hay que empezar a moverse, pues tengo miles de cosas que hacer en la tarde, y ninguna de ellas es descansar. Creo que lo que realmente necesito, es al menos una semana sin los niños, para poder hacer, todo lo que no puedo hacer cuando estoy con ellos, y además también poder descansar.

Al final, el que mas disfruto de estos casi dos días sin los niños, fue mi marido, que ayer en la tarde alcanzo a dormir una siesta, y que ahora duerme y ronca a patas sueltas en el dormitorio.

24 de septiembre de 2010

Que camino y que no camino

La época en que los hijos están a punto de empezar a caminar, es una de las más agotadoras para nosotras. Como están ya más grandes, es cansador tenerlos en brazos, además ellos quieren andar caminando con nuestra ayuda y nuestra espalda queda muy resentida.

Recuerdo que mi hija gateo solo un par de semanas antes de caminar, así que, en contra de los consejos del pediatra, le compre un andador, desde ese momento ella tuvo más libertad para deambular por la casa, y mi espalda me lo agradeció. Al cumplir el año ella se mantenía en pie muy bien y caminaba afirmada de los muebles.

Mi hijo, no gatea, tampoco se para firmemente y menos avanza afirmado de los muebles sin que pierda el equilibrio o se vaya de lado, jeje, parece un borrachito de lo destartalado que es para caminar. Eso si, le encanta caminar afirmado de la mano de uno, y por supuesto, ordenando hacia donde ir. También ha dado un par de pasitos, pero nada firme y noto que él se siente inseguro.

Se ha convertido en un as manejando su andador, aunque luego de un rato se aburre. Entonces tomé la decisión de comprar un arnés para ayudarlo a caminar mejor. Bueno, según mi opinión, el arnés tampoco fue una buena opción, pues se tambalea más, así que tampoco lo he ocupado mucho.

Hay días en que lo veo muy bien dando sus pasitos y firme, y digo: "bien! ya se lanza". Pero al día siguiente, se pone flojo de nuevo, y así nos vamos, que sí y que no, que camino y que no camino.

Creo que ya estoy resignada que su proceso será más largo y no caminará muy luego, pero ya llegará ese momento y seguro después, estaré quejandome de todas las maldades y destrozos que hará cuando pueda caminar, je. Mientras tanto mi espalda y la de toda mi familia seguirá lamentandolo.

15 de septiembre de 2010

Los Tiempos Han Cambiado

Escribo este post mientras espero que mi hija salga de su sesión de fonoaudiología y escucho a un par de mamás sentadas a mi lado que hablan de sus hijos adolecentes. De cómo lían con los permisos para salir en las noches, de cómo los tiempos son distintos y los adolescentes de ahora no son como cuando ellas eran jóvenes.

Recuerdo como era yo, cuando tenía 19 años, como eran mis salidas y fiestas, las locuras e irresponsabilidades que cometía y realmente me asusto, ¡no quiero que mis hijos lleguen a esa edad!

Con mis amigos salíamos todos los fines de semana, hasta altas horas de la madrugada y tomábamos como si el mundo se fuera a acabar (bueno aun tengo un par de amigos que no cambian), sin importarnos nada, pensábamos que éramos inmortales y nada nos pasaría. No puedo negarlo, lo pasábamos muy bien, sin ningún tipo de responsabilidad, ni preocupación, más que divertirnos y disfrutar de la vida. Hasta ganas de retroceder el tiempo me dieron.

Pero seguro que nuestros padres no lo pasaban bien, ahora entiendo cuando mi mamá antes de salir nos repetía - a mis hermanos y a mí - una y otra vez que nos cuidáramos y se desvelaba hasta que llegábamos de un carrete.

Siempre bromeamos con una de mis amigas “irresponsables” de aquella época, que tiene una hija un año menor que la mía, que cuando sean adolescentes nuestras hijas y vengan a pedirnos permiso para salir a carretear juntas, las iremos a dejar y a buscar, a horas prudentes y decentes y bien vigiladas, jajaja. Y nos importa un carajo que piensen que somos unas mamás pesadas y que las hacemos pasar vergüenzas con sus amistades.

Porque realmente los tiempos han cambiado, y los jóvenes hoy cada vez salen a carretear más chicos, pololean antes, y son más precoces, el mejor ejemplo es el perreo, en mi época con suerte cuando bailabas un lento te insinuabas. Creo que con este párrafo acabo de demostrar que la maternidad me ha convertido en una “vieja pesá”.

Si de algo estoy muy clara, y conociéndome, seguro seré una mamá estricta en cuanto a los permisos, les tomaré el aliento para ver si hay rastros de alcohol, obvio que revisaré sus cosas en busca de substancias ilícitas, y me desvelare tanto para ir a buscarlos o para esperar que lleguen.

Uf, con todas las películas que en este preciso momento me estoy pasando sobre el futuro adolescente de mis hijos, solo deseo que se queden pequeñitos por mucho tiempo, porque mientras más crecen los hijos, más grandes son los problemas.

13 de septiembre de 2010

Las Madres Perfectas

Hay mujeres que se pasan el tiempo preocupadas del qué dirán, demostrándole al mundo y al resto que son una madres perfectas, que además tienen hijos perfectos. La verdad es que no soy muy amiga de esas madres, es más, prefiero alejarme de ellas, soy más cercana a las madres imperfectas como yo, será por eso también que la mayoría de mis amigas también son de aquellas madres que aprenden con el día a día.

Apuesto que conocen a más de alguna “madre perfecta”, aquella que todo lo hace bien, que nunca se queja de nada, que puede hacer el aseo en casa, cocinar y entretener a sus hijos sin ningún problema y mejor aun, sin ayuda. Aquella que se puede cansar, pero jamás lo dirá. Son mamás que se desviven por sus hijos día y noche, porque ellas son “mamás” antes que ser mujer.

La madre perfecta jamás pondrá en Facebook o Twitter que sus hijos se portan mal, o que son mañosos o tienen pataletas, es más, nunca dice nada malo de sus hijos, porque como ella es perfecta, sus hijos también lo son. Están todo el tiempo hablando que sus hijos son los más inteligentes del jardín, son los más altos para su edad, los que primero hablan y caminan, los más talentosos del grupo, etc. Siempre comparando a sus hijos con el resto de los niños y demostrando que son mejores que los demás. Y por supuesto, se ciegan con la perfección de sus hijos, aunque un profesional (profesor, doctor, psicólogo, etc.) les diga que tienen algún problema, ellas lo ignoran. Así sus hijos viven tratando de ser los mejores en todo y cumplir con las expectativas de sus padres y no desilusionarles, esperando siempre su visto bueno.

Estas madres, me miran asombradas, porque soy capaz de decir, sin vergüenza, que mi hija va al fonoaudiólogo o que la llevé al psicólogo. Me creen la peor madre del mundo porque a veces digo que mis hijos me agotan, me quejo que se portan mal, digo que me gustaría salir más seguido con mis amigas, o simplemente porque pretendo ser mujer y mamá al mismo tiempo. Porque trato de vivir mi vida y criar a mis hijos, no criar a mis hijos sin vivir mi vida.

Claramente no soy una madre perfecta, y jamás pretenderé serlo, tampoco me importa si alguien cree que soy mala madre. No me importa si mis hijos son más altos o más bajos, si son más o menos inteligentes, o si son más aventajados que el resto.

Lo realmente importante es que tratemos cada día de ser unas grandes madres, importándonos que nuestros hijos crezcan felices y amados tal como son.

9 de septiembre de 2010

El apresurado parto de mi hijo

Hoy mi hijo cumple 1 año, así que quiero relatar cómo fue su llegada. El 15 de septiembre cumplía la semana 40, pero yo quería que naciera luego, ya estaba cansada y ansiaba tenerlo luego en mis brazos, además no quería por ningún motivo que naciera el 11 de septiembre. Justo el martes 8 de septiembre tuvimos en la tarde la ultima ecografía con mi doctor y le pregunte mil veces si estaba listo, que me dejara ese día internada, jajaja, el doc me dijo que estaba bien acomodado pero aún no era el momento, pero que lo más seguro es que no pasaba del fin de semana.

Ese día decidimos que yo no manejara más el auto y que mi marido iría a dejar a mi hija al jardín en las mañanas desde el miércoles, que gran acierto fue esa decisión. Porque el miércoles como a las 9:30, mientras me duchaba sentí la primera contracción, claro las primeras fueron sin dolor, pero después de 1 hora empezaron más fuertes y más dolorosas, la verdad no entendía porque me dolían tanto, con mi hija aguante como 6 horas de dolor en mi casa antes de partir a la clínica y llegar con 2 de dilatación. Como a las 10:30 hable con mi amiga Susi, que es matrona, y me dijo que se iría a mi casa a acompañarme, a las 11:00 llame a mi matrona y le dije que me dolían demasiado, que no tenia tolerancia al dolor y que las contracciones las tenia cada 5 minutos, así que me dijo que en una hora nos juntáramos en la clínica.

Cuando llego la Susi como las 11:30, yo ya gritaba y pataleaba del dolor, mi nana estaba tan asustada pues pensaba que tendría a mi hijo en la casa, jajaja, aun recuerdo su cara de susto al verme sufrir tanto. Yo ya había llamado a mi marido para que me llevara a la clínica, así que estábamos esperándolo. Que terrible, yo sabía que eran muy dolorosas, pues así fue con mi hija, pero ahora eran mil veces peor, en eso me dieron ganas de ir al baño con sensación de pujo, la Su me dice: tienes ganas de pujar? y yo le digo histéricamente: NO SEEEE!! Voy al baño y sorpresa: empecé a sangrar!!, en ese momento pensé: este niño va a nacer aquí, en mi casa!!. La Su agarra mi bolso y cartera y me dice: Nos vamos a la Clínica, que Germán llegue allá!, por suerte vivo a 5 minutos de la clínica.

Salimos a buscar un taxi, yo apenas caminaba del dolor, pero trataba de caminar digna y rápidamente... nos subimos al taxi, y le dijimos que se fuera rápido, el pobre taxista se dio cuenta de todo, he iba mas asustado que yo, pues yo en ese momento ya iba gritando agarrada del pasamanos y diciendo que no aguantaba más, que me dolían mucho, el taxista no se demoro ni 2 minutos en llegar a la clínica, paso los semáforos en rojo, tocando la bocina.

Cuando llegamos eran cerca de las 12:20 del día y fue igual que las películas, cuando llegan las embarazadas gritando, todo es un caos, corren a atenderte. La Su gritaba que venía con dilatación completa, gritaba el nombre de mi médico y el de la matrona, llego la matrona y no lo creía, que llegue dilatada completa, por eso me dolían tanto. Creo que la peor parte fue sentir que perdí toda mi dignidad cuando me entran a una sala y como 3 enfermeras me sacan la ropa, llega el anestesista, que lo único que hacía era retarme, porque no me ponía de lado para aplicarme la epidural, como me iba a poner de lado si apenas me movía del dolor!, para colmo ahí estaba yo llorando y gritando que nunca más quería tener hijos, que no aguantaba el dolor, que donde estaba mi doctor!, porque en ese momento lo que más me importaba, no era que llegara mi marido, sino que llegara mi doctor!

Mas encima me tenían desnuda en una camilla, rodeada de 4 personas, una tomaba mis datos, otra tomaba la presión, me pinchaban el brazo y el anestesista me retaba, y para peor me dejaron los calcetines puestos (eran hasta la rodilla y listados, jajaja), yo siempre digna les gritaba que me los sacaran, que como me los dejaban puestos, la matrona no quiso sacarlos que así estaba calientitos mis pies, puf, a mi me importaba más el verme totalmente ridícula con los calcetines a la rodilla, jajaja

Al fin lograron ponerme la epidural, llego mi marido y adivinen que fue lo primero que le digo? que me saque los calcetines!! También llego mi doctor, tan amoroso él, me tomo la mano y me dijo que ya sentiría menos dolor, que se iba a preparar junto a mi marido para pasar al pabellón y sacar a mi guatón.

Ya en el pabellón, yo estaba más tranquila pues ya no tenia dolor, me preparan y el doctor me dice: No Pujes!, No Pujes!, No Pujes!, jaja como si sintiera algo!, jajaja. Luego me dice: LISTO! y me ponen a mi hijo en mi pecho, tan bello y hermoso (uno siempre al verlos por primera vez los ve hermosos, luego cuando los miras detalladamente, no es tan asi), nació a las 12:51 del 9 de septiembre.

Cuando se fue mi marido con él, a la sala de neonatología, el doctor me dice que soy la paciente perfecta, que tenía tan buenas contracciones que salió solo, sin necesidad de pujar, pero que para cuando quiera tener el tercer hijo, a la primera contracción me vaya a la clínica, porque seguro que el próximo nace con esa primera contracción... jajaja, como si en ese momento y después de sufrir tanto pensara tener otro hijo....

Y así fue el rápido el nacimiento de mi hijo, aunque sufrí bastante, fue el momento más hermoso el tenerlo en mis brazos por primera vez, ese primer contacto siempre es mágico, único e irrepetible, y hace que olvides todo lo que pasaste. Ese es el momento en que uno se enamora de sus hijos y sabes que darías hasta la vida por ellos.

Feliz Cumpleaños Hijo!! Te amo....

PD: Mil Gracias a mi marido, que siempre tiene la palabra precisa y el amor suficiente para calmarme en los momentos dificiles, Te amo demasiado. Y a mi amiga Su, que soporto mis gritos y lo histérica que estaba, te quiero mucho!

4 de septiembre de 2010

Que hacemos por la Seguridad de nuestros hijos

Todos los padres tenemos distintas formas de criar y de cuidar a nuestros hijos, claro que eso también depende mucho del tipo de hijos que uno tiene (inquietos, tranquilos, curiosos, etc.)

En cuanto a la seguridad, me he dado cuenta que hay padres ultra aprensivos, los normales y los despreocupados o ultra relajados, estos últimos fueron los que me inspiraron a escribir este post.

En mi caso me considero dentro de los normales, soy de las que piensa que hay que proteger a los hijos en la medida justa que no llegue a intervenir el entorno físico del hogar. Por ejemplo, cuando mi hija empezó a recorrer la casa en andador, saqué las cosas chicas que tenía de adorno en la mesa de centro, pero no escondí botellas, velas, ni Cd, menos los libros, le enseñe que esas cosas no se tomaban. Cuando creció más, puse seguro a algunas puertas de los muebles y tape los enchufes, por suerte nunca fue muy curiosa, así que no tuve problemas que tirara los cables, tampoco andaba abriendo puertas de muebles o veladores. Mi hijo menor es más curioso, así que tendré que poner seguros en todas las puertas, volver a tapar enchufes y no tener cables a la vista. Recuerdo el caso de una amiguita de mi hija, que en su casa todo estaba escondido, no habían ni muebles con esquinas, nada a mano, excepto sus juguetes, vivía en una burbuja; entonces cuando ella llegaba a mi casa, era terrible, todo le llamaba la atención, todo lo quería tocar o sacar, porque todo era novedad para ella, bueno sus papás eran ultra aprensivos y exagerados, sino la dejaban ni sentarse en la tierra.

Bueno a lo que quería llegar, tuve la idea de escribir este post, debido a la liviandad que algunos padres se toman la seguridad de sus hijos. La semana pasada mientras jugaba mi hija con sus amiguitos en el patio del edificio donde vivimos, veo una niñita de no más de dos años subida en la baranda de la ventana del piso 9, y no tenían mallas de protección!!, se me llego a apretar la güata. Al rato después veo que su mamá la tenía en brazos apoyada en la ventana, o sea, si la misma mamá la sube a la ventana mostrándole que no hay peligro, ¿cómo no se va a subir sola la niña? realmente no entiendo.

Me pregunto cómo hay padres que pueden vivir tranquilos en un departamento sin tener mallas, por mucho que digan que no despegan un ojo de sus hijos o que siempre están con ellos (y créanme que conozco una mamá que dice eso), cualquier mínimo segundo de descuido puede ser fatal, entiendo que hay familias que no tienen los recursos para hacer ese gasto, pero donde vivo, las personas pueden hacerlo.

Lo mismo pasa con las sillas de seguridad para autos, cuantas veces me ha tocado ver a niños sin sillas en automóviles carísimos, en los mejores barrios, y eso que es ley llevar a los niños sentados en sillas.

Como siempre digo, cada familia es distinta, y cada padre ve lo que es mejor para sus hijos. En la nuestra, la seguridad de nuestros hijos es algo que nos importa, las sillas de los autos no se mueven, aunque a veces necesitemos más espacio, y los niños viajan en ellas aunque griten y pataleen. Nada que decir de las mallas de seguridad, al cambiarnos al nuevo departamento lo primero que hice fue mandar a instalarlas, aunque eso significara apretarnos el bolsillo o dejar de lado algunos gustitos que nos damos.

1 de septiembre de 2010

Los Cumpleaños

¿Cómo pasa el tiempo tan rápido? Mi hijito va a cumplir 1 año la próxima semana, por eso he andado un poco pérdida del blog, pues estoy con todos los preparativos de su celebración el próximo domingo.

Al igual que los cumpleaños de mi hija, quiero que este sea especial, para mí los cumple son todo un evento, me esmero en que todo salga perfecto y sea un hermoso recuerdo para mis hijos y los invitados. Desde el primer cumpleaños de mi hija que confecciono yo misma las tarjetas de invitación, hago adornos, las sorpresas y los recuerdos, como me gustan mucho las artes manuales y en especial trabajar en Goma Eva, todo lo hago de ese material (Amilú Creaciones paso el dato, jeje).

El primer añito se lo celebramos solo con la familia y un par de amigos nuestros, quisimos que fuera algo íntimo y con las personas más cercanas, esa vez a parte de hacer las tarjetas, imprimimos su huella del pie, escribimos una frase y se la regalamos a los invitados. Lo mismo haremos este domingo con el cumple de mi hijo, solo la familia, ya hice y entregué las invitaciones, también imprimiremos la huella de su pie y además hice los recuerdos para entregar a los invitados, todo de Pocoyo.

Para el segundo cumpleaños de mi hija, que ya fue con sus amiguitos, hice nuevamente las invitaciones, además de unos animalitos en Goma Eva que los pegué en palitos de helados, esos se los entregamos a los niños y para los adultos imprimimos la huella de su mano, fue un cumpleaños bien entretenido además porque vino Barney.

El año pasado, en su tercer cumpleaños, se lo celebramos con la temática de Hello Kitty, que le encanta, hice las invitaciones, las sorpresas, la torta de cuchuflí, unas bolsitas en papel kraft para llevar sus dulces, una kitty para la decoración y además de los recuerdos, unos vestiditos en Goma Eva, nuevamente vino Barney, pues mi hija lo adora, jeje.

Para este año, su cumple N°4, me pidió que fuera de Hi-5, así que la próxima semana ya empiezo con los preparativos de ese cumple, es a principios de octubre, esta vez Barney ya no vendrá, se jubilo, ella quiere un juego inflable para jugar y saltar con sus amiguitos.

Pensar que mi hija cumple 4 añitos el próximo mes, y mi guatón 1 año la próxima semana, me da mucha nostalgia, si parece que fue ayer cuando los tenia en mis brazos tan chiquitos, recién nacidos, y yo la mujer más feliz por tenerlos al fin a mi lado. Sería bueno también, que en los cumpleaños celebraran a nosotras, las mamás, que trajimos a estos tesoritos al mundo.